Moneda española de Alfonso XIII que circuló en Hong Kong con leyenda y signos chinos. Hasta el año 1863 la colonia de Hong Kong no tuvo moneda propia, circulando profusamente por todo el territorio monedas españolas de todo tipo y valor. Después de 1865 la ceca de Hong Kong acuñó una serie de monedas, pero al final la maquinaria fue vendida a Japón. Las monedas de plata fueron fundidas, en especial los dólares, continuando con el comercio habitual de los pesos independientes y españoles (8 reales) acuñados en México. Durante esta época, con el objetivo de permitir la circulación legal de las monedas extranjeras, se estampó sobre todas ellas una contramarca. De esta forma los pesos del rey Alfonso XIII de las islas Filipinas que llevaban esta marca eran admitidos por valor de 1 dólar = 8 reales. Los punzones utilizados contenían el nombre de la colonia "HONG KONG" en inglés y en chino. El tamaño de dicha leyenda era de 20 centímetros aproximadamente. También se conocen monedas inglesas, francesas y austríacas con esta curiosa marca. Esta contramarca fue utilizada por los bancos comerciales entre los años 1895 – 1905, en especial por los bancos de Hong Kong y Shanghái, que fueron los que contramarcaron monedas a principios del siglo XX.
Hong Kong es una de las grandes ciudades comerciales de Asia. Hoy en día Hong Kong es uno de los grandes centros financieros de Asia, y su economía es muy dependiente del comercio internacional, en especial del comercio entre China y el resto del mundo.
Hong Kong está considerado uno de los lugares con mayor libertad económica del mundo. Esto quiere decir que existe una gran facilidad para establecer empresas en el territorio y para mover dinero de Hong Kong al exterior. Estas facilidades económicas, unidas a la existencia de un sistema legal de origen británico muy escrupuloso en el respeto de la propiedad privada, contrastan con las dificultades burocráticas y la inseguridad jurídica a la que se enfrentan las empresas internacionales en la China continental, y es la razón principal por la que Hong Kong sigue siendo el principal centro financiero de China. Además, las restricciones a las comunicaciones directas entre Taiwán y la República Popular China hacen de Hong Kong el principal punto de contacto entre los dos regímenes chinos enfrentados desde 1949.
La economía se basa fundamentalmente en el sector de servicios, que representa más del 80% de la actividad económica en Hong Kong. Los servicios financieros son una de las áreas principales de actividad económica en el Hong Kong actual. La bolsa de Hong Kong es el segundo mayor mercado de valores de Asia, sólo por detrás de la bolsa de Tokio. A pesar de su pequeño tamaño, Hong Kong ocupa el lugar undécimo en el mundo en volumen de operaciones bancarias.
La economía de Hong Kong se vio muy afectada, a diferencia de la de China continental, por la crisis asiática de 1998. Tras varios años de debilidad económica, la economía ha vuelto a crecer a un ritmo altísimo, de un 8,2%. Esta recuperación económica se ha basado en el fuerte crecimiento de la demanda interna y en un factor novedoso: El crecimiento del turismo chino. Las restricciones a la entrada de chinos del continente en Hong Kong se han suavizado en los últimos años, y esto ha aumentado las visitas de los chinos continentales, para los cuales, hasta hace unos años, era enormemente difícil entrar en el territorio de forma legal.
El producto interior bruto de Hong Kong en el año 2003 alcanzó los 213.000 millones de dólares estadounidenses. Esta cifra tan alta se traduce en una de las rentas per cápita más altas del mundo, superando incluso a la mayoría de los países de Europa Occidental. |