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Las principales atracciones de Beijing aparecen descritas a continuación, aunque los alrededores de la ciudad tienen una riqueza cultural e histórica similar. Si se dispone de tiempo suficiente, merece la pena incluir en el itinerario una visita al Antiguo Observatorio. Fundado por Kublai Khan, es en la actualidad un museo con una extensa colección de instrumentos astronómicos de bronce de las dinastías Ming y Qing. El zoo de Beijing es el hogar de los mundialmente famosos pandas gigantes y merece una visita, al igual que el Puente de Marco Polo, situado al suroeste de la ciudad.Al noroeste, en Dashanzi, el barrio artístico de 798 Factory está ganando fama mundial por su amplio espectro de galerías y museos de arte.
Lejos del centro, la mayoría de los turistas se dirigen a Badaling para caminar por la Gran Muralla, aunque al noreste de la ciudad, en Mutianyu, hay otra sección del monumento con espectaculares vistas. Merece la pena visitar también Zhou Kou Dian (yacimiento del Hombre de Pekín), a 48 km (30 millas) al suroeste de la capital. Se trata de un yacimiento arqueológico donde en 1929 se encontraron cráneos con una antigüedad de entre 200.000 y 500.000 años. Los fósiles originales se perdieron durante la II Guerra Mundial, pero el lugar cuenta con un interesante museo con restos y huesos de animales de ese periodo.
Pocas ciudades en el mundo están cambiando tan rápido como Beijing, la capital de la República Popular de China. Las grúas de construcción dominan el horizonte, nuevos hoteles y centros comerciales (sin mencionar los 37 estadios deportivos y los 59 campos de entrenamiento de la ciudad) aparecen cada día y barrios enteros de la ciudad están siendo demolidos y modernizados. En definitiva, la ciudad de Beijing está concentrada en una sola cosa, los Juegos Olímpicos de 2008. La elección de China como sede de los juegos refleja la transformación del país en superpotencia mundial y el gobierno está dispuesto a hacer de las "Olimpíadas del Pueblo" las más exitosas y deslumbrantes jamás organizadas.
La veloz transformación física de la ciudad coexiste con la firme voluntad de conservar su rico patrimonio cultural y el estricto orden comunista. Debido a su carácter monolítico, Beijing puede ofrecer al visitante extranjero una imagen distorsionada del país. Sus elevados y modernos edificios y sus enormes hoteles internacionales están comunicados entre sí por una intrincada red de bulevares y circunvalaciones que rodean la ciudad. Los atascos de las horas punta no tienen nada que envidiar a los de las grandes ciudades del mundo y la contaminación puede llegar a ser insoportable. Más allá de la modernidad, Beijing ofrece también un abundante número de callejones con casas tradicionales (hutong), parques, tesoros culturales y arquitectónicos y exquisitos templos.
Beijing se convirtió en la capital de China en 1421 y permaneció como tal hasta la caída del régimen imperial en 1911. Los occidentales tuvieron prohibido residir en la ciudad hasta el siglo XIX y anteriormente todos los contactos comerciales se habían restringido a Cantón. Desde 1911 hasta 1949, Beijing sufrió, como el resto de China, los efectos de las guerras libradas entre varias facciones que intentaban hacerse con el control del país. La invasión japonesa de 1931 fue seguida de una amarga, que dio lugar finalmente a la supremacía comunista bajo el poder de Mao Ze Dong y la fundación de la República Popular de China con Beijing como capital. |
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Los diez primeros años del gobierno de Mao consiguieron estabilizar una nación temerosa y humillada. En esta época se registraron grandes avances en la industria, la agricultura, la educación y la sanidad. Sin embargo, en 1966, Mao lanzó la Revolución Cultural, un verdadero ataque al pensamiento político y social liberal cuyas repercusiones pueden aún sentirse en todo el país. Tras la muerte de Mao en 1976, el Presidente Deng Xiao Ping inició la apertura gradual de China al resto del mundo, dando la bienvenida a inversores extranjeros y a turistas y animando a los empresarios chinos a establecer nuevos negocios. Desde 1999, Beijing ha recibido la asombrosa cantidad de 10,31 miles de millones de dólares estadounidenses en inversiones extranjeras directas, la mayor parte de las cuales ha ido a parar a negocios situados en la zona financiera de la ciudad, el Central Business District (CBD).
El mejor lugar para comenzar a explorar la ciudad es la Plaza de Tiananmen, en la que Mao Ze Dong declaró la fundación de la República Popular de China. Aunque todo el mundo recuerda este lugar por los tristes acontecimientos de 1989, en los que se reprimió brutalmente la protesta de los estudiantes a favor de la democracia, la plaza constituye el espacio público más grande del mundo y uno de los centros turísticos fundamentales de la ciudad. Situarse en ella (junto a otros miles de turistas) y contemplar la imponente majestuosidad de la Ciudad Prohibida al norte y el enorme retrato de Mao Ze Dong y la Puerta de Tiananmen da una idea del enorme poder que los gobernantes chinos han tenido siempre sobre su pueblo. Por si esto no fuera prueba suficiente, basta con observar la interminable cola para entrar en el mausoleo en el que descansan los restos mortales de Mao.
Las mejores épocas para visitar la ciudad son la primavera y, sobre todo, el otoño, durante el cual los días soleados y las hojas de los árboles llenan la ciudad de hermosos reflejos rojos y dorados. El calor y la humedad del verano y el frío extremo del invierno hacen que estas fechas sean poco recomendables.
Ubicación Municipio de Beijing, China.
Código de acceso 86.
Población 14.000.000 (área metropolitana).
Zona horaria GMT 8 (GMT + 7 desde el último domingo de marzo al sábado previo al último domingo de octubre).
Electricidad 220 voltios CA, 50Hz; el enchufe estándar es de dos clavijas.
Temperatura media en enero - 3°C (27°F).
Temperatura media en Julio 26°C (79°F).
Promedio anual de precipitaciones890mm (34,7 pulgadas).
1 renminbi chino (o yuan) 1RMB = £0,07; 0,13US$; 0,14C$; 0,17A$; 0,10€
Conversión de moneda según valores de diciembre de 2006 |
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